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La industria automotriz detrás de los carros usados
Miles de dólares se mueven a diario en las ventas de
repuestos y talleres que se nutren de la importación de vehículos usados. Solo
el año pasado se estima que entraron al país unos 44 mil autos más.
Solo en 2016 ingresaron al país unos 44 mil vehículos
usados, que en su mayoría vienen chocados o con desperfectos mecánicos, según
las estadísticas de la Dirección General de Aduanas.
Por cada uno de ellos se genera un fuerte movimiento
comercial que involucra a mecánicos y negocios de repuestos originales y
genéricos, formales e informales, que mueven cientos de miles de dólares para
la economía nacional.
Los datos del Banco Central de Reserva dan solo una pequeña
muestra de todo el dinero que se mueve en torno a la reparación de los
vehículos usados.
En 2016 el país importó $63.6 millones en partes y
accesorios para vehículos entre los que se cuentan parachoques (bómper),
cinturones de seguridad, frenos, cajas de cambio, radiadores, silenciadores y
más.
Y eso sin contar los otros $697 mil que se importaron en
concepto de carrocería para vehículos.
En lo que va del año el país ha importado unos $20 millones
en repuestos automotrices.
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millón 395
Y en cuanto a la importación de vehículos usados, los datos
oficiales indican que su compra dejó al país un aproximado de $97 millones.
En la Asamblea Legislativa se discute, actualmente, una
reforma de ley que reduciría de ocho a siete los años mínimos de importación de
vehículos usados, una noticia que no le agrada ni a los importadores de
vehículos usados ni a los importadores de repuestos.
Alejandro Mohor, presidente de la Asociación de Importadores
de Vehículos Usados (Aseiva), asegura que este tipo de regulaciones, lejos de
mejorar la economía, la perjudica, pues afectan a cientos de salvadoreños que
compran, venden y reparan vehículos usados cada día y con lo cual, generan impuestos
al Estado y más puestos de trabajo.
“Este mercado se mueve solo y está cambiando
constantemente”, dijo Mohor.
Antes, los importadores compraban los vehículos en las
subastas de Estados Unidos, los traían y los reparaban para luego venderlos.
Ahora el ciudadano no necesita ningún intermediario. Compra
los vehículos chocados directamente del recinto y luego ellos lo llevan al
taller de su confianza y lo repara de acuerdo a sus posibilidades económicas.
Pero la Asociación Salvadoreña de Distribuidores de
Vehículos (Asalve) cree que la regulación de vehículos usados que ingresen al
país y tengan más de ocho años de antigüedad, pueden ser un peligro para la
seguridad vial.
En la Comisión de Obras Públicas, Transporte y Vivienda de
la Asamblea Legislativa, el presidente de esta asociación, Guillermo Herrador,
dijo a los diputados que la importación de vehículos chocados aumenta el riesgo
de accidentes y también provoca más contaminación al medio ambiente.
En su argumento, Herrador propuso que no solo se restrinjan
los vehículos con mucha antigüedad, sino que también se certifique a los
talleres de mecánica automotriz para que estos cumplan con estándares de
calidad y determinen si un vehículo está óptimo para circular en las calles.
Para Mohor, este tipo de regulaciones, lejos de ayudar,
afectaría gravemente miles de empleos a nivel nacional.
“¿Se imagina estar certificando todos los talleres del
país?”, se pregunta Mohor, incrédulo de que las reformas mejoren la situación
de estas personas.
Los representantes de la Asociación de Importadores de
Vehículos y Repuestos Usados (Asiversa) y de la Asociación de Importadores
Salvadoreños de Repuestos (Imporsalre) también insistieron a los diputados en
que una reforma como esta reduciría los empleos y afectaría la economía de
miles de familias que dependen de este comercio.
La calle de los repuestos
Mario’s Auto Parts es una de las empresas que puede dar fe
del dinamismo económico que genera la importación de vehículos usados. Según su
encargado, Julio Portillo, en su empresa se vende todo tipo de piezas
automotrices que van desde los depósitos para agua o fluidos de freno hasta
bómper que cuesta desde $40 hasta los $200.
La empresa ya tiene 15 años en el mercado y su éxito ha sido
tal que hace algunos meses inauguraron una segunda sucursal en la capital.
“Importamos todo tipo de piezas automotrices. Las traemos de Asia”, señaló.
La empresa da empleo a unas 30 personas y recibe a decenas
de clientes que buscan un repuesto para reparar su vehículo usado. En sus
bodegas hay piezas para vehículos de todas las marcas reconocidas y de diversos
años de fabricación.
Mario’s Auto Parts es uno de las decenas de locales de venta
de repuesto y carrocería usada que compiten entre sí en la 29a. Calle Poniente,
en San Salvador, conocida también como la “Calle de los Repuestos”.
En ese tramo de apenas un kilómetro convergen decenas de
empresas que ofrecen repuestos nuevos y usados, así como piezas de carrocería
usadas también conocidas como “hueseras”, en las que los clientes encuentran
piezas originales de vehículos usados que fueron desmantelados.
Este comercio también incluye venta de alarmas para autos,
duplicación de llaves, venta y reparación de llantas y otros servicios
relacionados a la industria automovilística, en la que los carros usados son la
materia prima.
Mohor asegura que hace algunos años propuso que el país
trabajara en un enfoque más ambicioso de reparación de vehículos. Su idea era
crear “Automan”, un centro de servicios especializados que reparara vehículos y
luego los exportara a otros mercados.
Sin embargo su idea no ha tenido mucho impulso en los
últimos años, a pesar de que Mohor asegura que eso ayudaría a la economía de
miles de familias.
El gran dilema del país: ¿más carros en las calles?
Para nadie es un secreto que las calles de San Salvador se
han quedado chicas para la cantidad de vehículos que circula a diario.
Los datos del Viceministerio de Transporte indican que 2016
cerró con un parque vehicular superior al millón de automotores. Solo en 2016
se registraron 41 mil 958 vehículos livianos más y otros 1,232 autobuses para
transporte público, entre nuevos y usados.
El gran dilema para el país es si abre las puertas a más
vehículos o si los reduce. De acuerdo con Alejandro Mohor, el aumento en la
importación de vehículos usados se debe a diversos factores: uno, la
inseguridad. La gente ahorra para comprar un vehículo de $3 mil a $6 mil antes
que exponerse a la delincuencia que afecta al transporte público.
Otro de los motivos es la facilidad con la que se adquiere
un carro en el país. Estos se venden con mucha facilidad en cualquier lugar.
Los hay de todos los precios y muchos de ellos son accesibles para una familia
de clase media.
El presidente de la Sociedad de Comerciantes e Industriales
de El Salvador, Víctor Rodríguez, asegura que, aunque es cierto que la
importación de carros usados genera dinamismo en la economía, también reconoce
que ha saturado las calles y genera un efecto inverso en la economía.
“Las calles se saturan y se pierde productividad por el
tráfico que está a todas horas”, señaló.
Rodríguez señaló que el país necesita discutir mucho más el
tema y considerarlo desde las dos ópticas.